Erase una vez... un muchacho estadounidense, de padres
taiwaneses y abuelos chinos, a quien le gustaba mucho jugar a meter una pelota
en una canasta, pero mira por donde, nunca le daban la oportunidad de hacerlo
como él quería: de manera profesional.
Un día, un equipito algo conocido, a quienes todos llaman
Golden State Warriors, fue quien lo acogió durante un par de temporaditas tras
salir de la universidad de Harvard. Luego y tras un breve paso por los Houston
Rockets, recaló en los New York Nicks, a principios de la temporada 2011-2012.
Como era de esperar, nadie quería sacarlo nunca a la cancha,
hasta que una serie de nefastas coincidencias, debido a lesiones de sus
compañeros, le propiciaron la oportunidad que andaba buscando. ¡Menuda
oportunidad!
Llevó a su equipo a la victoria, en ese y en los cinco
partidos siguientes, siendo el jugador decisivo en todos los encuentros. El
patito feo, que hasta hace poco tenía que dormir en el sofá de casa de su
hermano, porque no tenía otro lugar donde hacerlo, se había convertido en
cisne.
El país con más gente del mundo, tenía una nueva estrella.
La ciudad más importante del mundo también tenía nueva estrella.
China lo reclamaba como jugador suyo para las próximas
Olimpiadas. Taiwán decía que por supuesto que no, ya que era oriundo de su
país, y él, convertido en estrella por el público y su gran juego, salía al
paso en las entrevistas, diciendo que China es una gran nación, de donde eran
sus abuelos. Taiwán, es un estado fantástico, de donde son sus padres. Pero él
nació en Los Ángeles, así que es natural de
Estados Unidos. Con lo cual no podría jugar con ninguno de los dos.
Esta semana, tras su pequeño tropezón en el All Star, ese
patito feo que dormía en un sofá, había subido las ventas de merchandaising en
un 300% y conseguido que las televisiones de China y Taiwán compren los derechos de
retrasmisión de todos los partidos.
Veremos como continua este cuento, al cual, aunque durante el partido del pasado fin de semana, pudimos ver un beso de los padres del protagonista, aún no le ha dado final. A ver lo que nos cuentan los biógrafos de Jeremy Lin, que ya están escribiendo un libro sobre su vida.
jajaja, sencillamente genial, me encanta
ResponderEliminarMe parece un buen tema de actualidad. La historia del patito feo es atemporal, y Lin demuestra que aún en tiempos de crisis cualquier patito feo puede convertirse en cisne.
ResponderEliminarMuchas gracias a ambos por vuestros comentarios. La verdad es que si que es una historia intemporal, y que no es el unico que la ha vivido ultimamente en el mundo del deporte.También Santino Marela , wrestler profesional esta en una nube similar.
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