Conocemos como energía renovable a la que obtenemos de fuentes naturales teóricamente inagotables, bien sea por la inmensa cantidad de energía que contienen, o porque se regeneran por medios naturales. Todas son muy, por no decir totalmente ecológicas. Actualmente, se conocen varios tipos:
La hidroeléctrica es
la que obtenemos, aprovechando nuestro mayor recurso natural: el agua.
Aprovechamos la energía potencial y cinética de sus corrientes, de sus mareas
y de sus cascadas o saltos de agua.
La mareomotriz es
en la que el hombre transforma la energía de las mareas, en energía eléctrica,
que es mucho más aprovechable para el género humano. Podemos considerarla una
subclase de la hidroeléctrica.
La eólica, es la
que obtiene el hombre, gracias a la energía cinética de las corrientes de viento,
que conseguimos transformar en útil y utilizable, gracias a enormes molinos de
viento.
La biomasa tiene
dos vertientes muy diferentes. Una primera mas ecológica, que es donde se
transforma la energía del sol mediante procesos químicos, o dicho de forma más
simple, la fotosíntesis de las plantas o la utilización de leña como
combustible o el estiércol como abono; y una segunda, referida a la creación,
también mediante procesos químicos de combustibles ecológicos, como el
biodiesel o el bioetanol. Los llamados biocombustibles.
La primera de estas acepciones, es la más utilizada en países poco
industrializados.
La geotérmica es
la que conseguimos gracias al calor interno de la tierra, aunque conlleva mayor
peligrosidad que las anteriores debido al acido sulfúrico y es menos
recomendable por la degradación de las zonas colindantes.
La solar es la
que se obtiene gracias al calor y luz del sol, mediante paneles solares.
Utilizada, tanto a gran escala con enormes extensiones de paneles solares, o
individualizada en la propia casa, donde se colocan los paneles alrededor de la
vivienda o en el propio tejado, y así se produce la energía necesaria de forma
autónoma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario